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domingo, 8 de abril de 2012

Los presupuestos más austeros de la democracia de España no inspiran confianza a los mercados. Era previsible



Porque no quedan satisfechos los mercados financieros es lógico, andamos el mismo camino que Grecia, los mercados ven que los que han de arrimar el hombro no lo hacen, toda la carga de la deuda recae en la clase media, autónomos y obreros,,la perdida de empleos que dependen del producto interior o consumo interior es proporcional a la presión fiscal o de cualquier tipo de recaudación que genere perdida de poder adquisitivo personal, además se incrementará el paro en el sector de obras públicas, con los nuevos presupuestos, lo cual hace preveer menos ingresos y más ayudas a parados, que es igual a menos ingresos y más gastos.

Un Gobierno que no aprovecha los errores cometidos por el anterior demuestra ser mucho más torpe, seguir las políticas que les imponen los mercados y la UE los convierten en los inquisidores del pueblo Español.

Es bien cierto que el hombre es el único animal que tropieza más de una vez con la misma piedra, nuestros políticos llevan tres años tropezando con las políticas de recortes y austeridad y como resultado el estado actual de la nación.

Que nuestros políticos son muy justillos lo podemos deducirlo por todo lo que han hecho pero además que continuen con el R que R es la ostia.

Si los políticos no anteponen las necesidades de la nación y del pueblo a las de los partidos y del sistema político, no salimos económicamente hablando, seremos intervenidos.

Soluciones posibles.
A diferencia que las anteriores medidas las más viables y necesarias son las que no quieren los políticos, pero son las que sacarían a la nación del atolladero actual.

Desde el inicio de la democracia el gasto del sistema político es como mínimo tres veces superior al inicial, el rastro del reguero de residuos de personal de la política, inunda todas las empresas públicas, es tan elevado y tan poco transparente que ni el Gobierno conoce el coste real del sistema.

El sistema político actual es un fracaso por su elevado coste y por carecer de leyes constitucionales que les haga responsables del cargo publico que representan, además son responsables directos del mal funcionamiento de todo el sector publico, ya que es bien sabido que si la dirección de una empresa no funciona nada funciona bien.
Conclusiones
Un Estado de autonomías en la era moderna es sumamente necesario pero deben de ser autonomías viables económicamente y con sistemas de financiación justas para todas las autonomías, lo actual es una injusticia, que perjudica más al pueblo que al Gobierno autonómico que lo representa, y divide a la nación.

Cuando dejaran de mentirnos, la solución ya no es recaudar, la solución es recortar gasto, donde menos paro genere, se sigue  recortando de todos los sectores, menos del que a
generado el problema.
 
Anfibio

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